SANTA ANA PALEOLOGINA
1365 d.C.
6 de agosto
Juana de Saboya, nació
en Saboya y era hija del conde Amadeo V y María de Brabante. A los
18 años fue enviada a la corte de Constantinopla para casarse con
el emperador Andrónico III Paleólogo, sellando así la
alianza entre Bizancio y las potencias gibelinas de Italia septentrional.
Debido a ello tuvo que convertirse a la fe ortodoxa, cambiando su nombre
de Juana a Ana.
Vivió con su marido durante 16 años, hasta que éste
murió en 1341 y ella asumió la regencia en nombre de su hijo
Juan V, embarcándose en una lucha contra Juan Cantacuceno para que
aceptase a su hijo como el legítimo emperador. Llegaron a un acuerdo
entre las dos partes, en la que ella tuvo que abandonar la regencia, en favor
del gobierno conjunto de su hijo Juan y el otro Juan.
Pero esto no significó la retirada de la escena política
de la emperatriz, ya que se le concedió el gobierno de la ciudad de
Tesalónica desde donde trabajó por los legítimos derechos
de su hijo, cosa que consiguió con la retirada de su rival en 1354.
Su gobierno en la capital macedonia le granjearon la admiración de
los bizantinos.
Aunque nació católica, apreció y se adaptó
a la fe de sus subditos y favoreció la doctrina de san Gregorio Palamas.
Al final de su vida, renunció al mundo y vistió el hábito
monástico en la ciudad de Tesalónica, muriendo como una monja
más. Junto con su marido san Andrónico III, fundó el
monasterio de la Transfiguración, que todavía hoy celebra su
festividad.