NUESTRA SEÑORA DE COPACABANA
2 de febrero
La Virgen de la Candelaria
de Copacabana, Nuestra Señora de Copacabana o Virgen de Copacabana,
es una de las advocaciones más antiguas de la Virgen María
en América, venerada en Copacabana, Departamento de La Paz, Bolivia.
Su fiesta se celebra el 2 de febrero y también el 5 de
agosto. El 1 de agosto de 1925 fue coronada y declarada "Reina de la Nación".
El culto a la Virgen de Copacabana se inició en 1583
en el pueblo de Copacabana, a más de 3.800 metros sobre el nivel del
mar, y a 139 km de la ciudad de La Paz, y recostado sobre una colina, donde
la península de Copacabana se adentra en el lago Titicaca, lugar que
corresponde a Bolivia, acercándose a las islas del Sol y de la Luna,
antiguos lugares sagrados para los aymaras e incas.
Su veneración se extendió desde sus inicios a
diversas países de América, como Argentina, Brasil, Colombia
y Perú; y también a países de Europa, como España.
Asimismo, varios lugares llevan el nombre de Copacabana en Argentina, Brasil
y Colombia.
Durante la colonia Copacabana, que era parte del Collao o Provincia
de Chucuito, fue evangelizado y catequizado por los padres dominicos desde
1539 hasta 1574. Con este propósito establecieron una doctrina en
Copacabana y en los otros pueblos vecinos como Pomata, Chucuito, Acora, Ilavi,
Juli, Zepita y Yunguyo. Los dominicos, aparte de propagar la fe cristiana
católica, como orden mariana, propagaron también una profunda
devoción a la Virgen María en toda esta región. Además
de propagar el rezo del Rosario, cabe recordar que los dominicos eran desde
1530 los custodios de uno de los santuarios marianos más importantes
de España, el Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria
de las Islas Canarias.
En el pueblo de Copacabana, alrededor de 1580 sus habitantes
vivían divididos en dos grupos, los Anansayas y los Urinsayas. A pesar
de haber recibido la fe cristiana, vivían apegados a su religión
primigenia. Las malas cosechas y otras desventuras los obligaron a pensar
en atraerse los favores del cielo y resolvieron los Anansayas erigir una
cofradía y ponerla bajo la advocación de la Virgen de la Candelaria.
Mientras que los Urinsayas se opusieron alegando que ellos tenían
pensado dedicarla a San Sebastián, pero al final no se hizo nada.
Estatua del escultor Tito Yupanki.Un hombre llamado Tito Yupanki,
descendiente del inca Wayna Qhapak, no abandonó la idea y concibió
el proyecto de labrar una imagen de la Vírgen pensando que una vez
hecha y trasladada al pueblo sería más fácil establecer
la cofradía propuesta. Este escultor aficionado, ayudado por su hermano
Felipe, trabajó la imagen de la Vírgen en arcilla, de una vara
de alto, por los resultados, esta imagen debió representar la buena
voluntad alejada de las gracias naturales de María. Fue colocada a
un lado del altar por el Padre Antonio de Almedia, que hacía de párroco.
Al dejar Copacabana don Antonio, se hizo cargo de Copacabana el predicador
bachiller don Antonio Montoro, quien al ver esa imagen desgarbada, tosca
y sin proporciones, mandó sacarla del altar y llevarla con el desaire
a un rincón de la sacristía.
Humillado Francisco Tito por este contratiempo y aconsejado
por los suyos, marchó a Potosí, que contaba con destacados
maestros en escultura de imágenes sagradas. Llegó a adquirir
en el taller del Maestro Diego Ortiz, cierto dominio en la escultura y en
el tallado de la madera. Con esos conocimientos se resolvió trabajar
la imagen definitiva de la Candelaria. Buscó por todas las iglesias
de Potosí una imagen de la Virgen que pudiera servirle de modelo,
encontrando en el Convento de Santo Domingo a la Virgen del Rosario. Se fijó
en ella con suma atención para grabarla en su mente y antes de comenzar
su trabajo, hizo celebrar una misa en honor de la Santísima Trinidad,
para obtener sobre su obra la bendición divina.
Los Urinsayas, en principio, admitieron fundar la cofradía,
pero no aceptaron la efigie labrada por Yupanqui, por lo que éste
empezó a buscar comprador. En La Paz, la imagen llegó a manos
del cura de Copacabana quien decidió llevar la imagen al pueblo. El
2 de febrero de 1583, la imagen de María, llegó a la población
de Copacabana, lo que hace de este santuario mariano uno de los más
antiguos de América, junto al santuario de Guadalupe en México.
Todo el pueblo salió gozoso a recibirla y con gran alegría
la condujeron a la Iglesia donde se celebró una misa en su honor y
se entronizó la imagen de la Virgen.
El cuerpo de la imagen está tallado en madera de maguey
y esta totalmente laminado en oro fino y en sus ropajes se reproducen los
colores y las vestiduras propias de una princesa inca. Su forma original
esta permanentemente cubierta por lujosos mantos y trajes superpuestos a
la talla, luciendo además una larga peluca de pelo natural. La imagen,
que mide un poco más de cuatro pies, sostiene en su brazo izquierdo
a un niño de manera muy peculiar, como si estuviera a punto de caerse
y en su mano derecha sostiene un canastillo con unas palomas.
La imagen original nunca sale de su santuario, para las procesiones
se utiliza una réplica de la misma. Es típico del santuario,
que los que visitan salgan de él caminando hacia atrás, con
la intención de no darle la espalda a su querida Madre cuya fiesta
se celebra el 2 de febrero, día de la Purificación de María
o fiesta de la Virgen de la Candelaria, pero también se celebra el
5 de agosto, con liturgia propia y gran celebración popular.
El 22 de abril de 2013 ocurrió un lamentable hecho; un
grupo de delincuentes robó 28 joyas que adornaban a la Virgen entre
ella el bastón de mando, regalo del Virrey del Perú en 1669.
El sábado 6 julio de 2013 los habitantes de Copacaba felizmente restituyeron
la imagen de la Virgen con nuevas joyas.
Desde un principio la imagen cobró fama de ser milagrosa,
lo cual se extendió por toda la comarca, el Virreinato y el continente
entero. Los padres Agustinos construyeron la primera capilla Mayor, entre
los años 1614 y 1618. El Virrey de Lima, Conde de Lemos, apoyó
moral y económicamente la construcción de la Basílica
desde 1668 y asistió a la inauguración de la misma en el año
1678.
En la actualidad la Basílica data del año 1805
y la imagen fue coronada durante el pontificado del Papa Pío XI en
1925, con el paso del tiempo los fieles donaron, para adorno de la imagen,
gran cantidad de valiosas joyas y el templo se llenó de regalos y
tesoros. Cuando se independizó Bolivia en el año 1825, existía
un ascendiente y permanente presencia de la Virgen de Copacabana en la fe
de todo el pueblo.
En 1826 el Presidente de la República de Bolivia, el
Mariscal Antonio José de Sucre, expropió todas las joyas coloniales
del tesoro del Santuario de la Virgen para fundirlas en las primeras monedas
de oro y plata de Bolivia.
El 1 de agosto de 1925, año del primer centenario de
la Independencia de Bolivia, en ocasión de la celebración del
Primer Congreso Eucarístico Nacional, la Vírgen de Copacabana
fue coronada como Reina de la Nación por el Breve Apostólico
de Pío XI de 29 de julio de 1925.
El 2 de diciembre de 1954, la Policía Nacional de Bolivia
la proclamó "Patrona del Cuerpo Nacional de la Policía" y le
concedió el grado de "Generala".
En 1969 la Fuerza Naval Boliviana le confirió el grado
de "Almirante".