Deseando consagrarse a Dios ingresó a los dieciocho
años de edad como “Beata” en la Santa Casa de Ejercicios de
Buenos Aires, donde permaneció 30 años. Allí
recibió la inspiración de fundar una Congregación
Religiosa para la Adoración de Jesús en la
Eucaristía y el Servicio de la Iglesia y de
la Sociedad; acogió en su casa a niñas huérfanas y
desamparadas, brindándoles todo aquello que remediara sus
necesidades básicas.
Ante las dificultades que surgieron para llevar a cabo la Fundación, viajó a Roma donde el Papa Pío IX la recibió, aconsejó y animó. Luego peregrinó a Tierra Santa, a fines de 1870 y principios de 1871. El 21 de noviembre de 1876 fundó el Instituto de las “Siervas de Jesús Sacramentado”.
La actividad apostólica de la Congregación se desarrolla en Colegios, Hospitales, Hogares para niños/as, Guarderías, Promoción Social, Parroquias, Casa de Ejercicios Espirituales, en los siguientes países: Argentina, Paraguay, Uruguay y España, siguiendo el consejo de la M. Benita: “Hagan todo el bien posible”. La Madre Benita falleció el 25 de septiembre de 1894, y sus restos mortales descansan en la cripta del Santuario Jesús Sacramentado en la ciudad de Bs.As.