MILAGRO EUCARÍSTICO DE CASIA
A Casia, en la Basílica
dedicada a Santa Rita, se conserva la Reliquia de un insigne Milagro Eucarístico,
sucedido cerca la ciudad de Siena, en 1330. Un sacerdote fue mandado llamar
por un campesino enfermo para poder recibir la Comunión. Éste,
tomó una Partícula consagrada y la depositó sin reverencia
entre las páginas de su breviario. Llegando a la casa del enfermo,
después de haber escuchado la confesión, abrió el libro
para extraer la Hostia, pero para su gran sorpresa, constató que la
Partícula se había teñido de sangre viva, de modo que
impregnaba las dos páginas entre las cuales había sido puesta.
El sacerdote, entre la confusión y el arrepentimiento, se dirigió
inmediatamente a Siena, al Convento agustino para pedir consejo al Padre
Simón Fidati de Casia, conocido por todos como un hombre santo. Éste,
habiendo escuchado la narración, concedió el perdón
al sacerdote y pidió poder tener consigo las dos páginas manchadas
de sangre. Muchos Papas han promovido el culto, concediendo indulgencias.
En el acto de reconocimiento de la Reliquia del Milagro Eucarístico
de Casia en 1687, se reporta un texto de un Código muy antiguo del
convento de San Agustín, con numerosas informaciones acerca del Prodigio.
Además de este código, el episodio es también mencionado
en los Estatutos Municipales de Casia del año 1387.
Entre otras cosas, menciona la prescripción de que "cada
año en la fiesta del Corpus Domini, el corregidor, los cónsules
y todo el pueblo de Casia, cumplieran con el deber de reunirse en la iglesia
de San Agustín para luego seguir al clero que llevaría la venerable
Reliquia del sagradísimo Cuerpo de Cristo en procesión por
la ciudad".
En 1930, con ocasión del sexto centenario del Milagro,
fue celebrado en Casia un Congreso Eucarístico para toda la diócesis
de Nurcia. Allí mismo se inauguró una preciosa y artística
Custodia y se publicó toda la documentación histórica
a cerca del Prodigio.